Existen diferentes formas de pintar una pared con rodillo si bien la técnica en «W» suele garantizar un acabado óptimo y en poco tiempo:
En primer lugar deberás pasar un brocha por las zonas cercanas al techo, zócalo, sobre puertas y ventanas, así como en las esquinas.
Tras cargar el rodillo colócalo sobre la esquina inferior de la pared, a unos centímetros del zócalo, y ejerciendo un poco de presión sube hacia el techo pero no en línea recta, sino siguiendo una ligera inclinación.
Baja el rodillo hacia el suelo pero esta vez en línea recta. Sigue este patrón desde abajo hacia arriba mientras tengas suficiente pintura en el rodillo, aunque no esperes a que no tenga nada de pintura para volver a cargarlo. En este paso puede que se noten algunas marcas pero no te preocupes porque se resuelven en el siguiente paso.
Una vez pintada la pared y con la pintura todavía fresca, deberás volver a pasar el rodillo siguiendo el mismo patrón pero esta vez sin pintura. Recuerda que debes presionar ligeramente sobre la pared, ya que de lo contrario lo único que conseguirás es arrastrar la pintura (por experiencia).
Por último alisa la pintura tanto en la zona cercana al techo, como sobre zócalo, encima de puertas y ventanas, con el rodillo sin cargar y siguiendo un trazo largo en sentido horizontal.
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